Me encanta el pulpo de cualquier manera, cierto es que el mejor es a feria, con su aceite, sal y pimentón.
Pero me gusta cocerlo, guisarlo, hacerlo a la plancha, en risotos... es un ingrediente ideal.
El pulpo es un molusco cefalópodo marino nocturno, que se alimenta de pequeños crustáceos, peces y moluscos, entre sus propiedades destaca mayoritariamente el yodo.
El pulpo tiene un alto contenido en proteínas de buena calidad, es bajo en grasas y colesterol, y su aporte calórico es bajo (70 Kcal por 100 g de alimento).La proteína del pulpo es de alto valor biológico, por lo que contiene todos los aminoácidos esenciales que el cuerpo necesita.
Entre los minerales destaca su contenido en potasio, calcio, sodio y yodo. Entre las vitaminas destacan las vitaminas del grupo B, sobre todo los folatos, y la vitamina E.
Gracias a su alto contenido en proteína de buena calidad el pulpo es muy saciante. Además, al ser bajo su aporte en grasas y azúcares es poco calórico comparándolo con otros alimentos proteicos, lo que lo convierte en una excelente opción en dietas de pérdida de peso.
El pulpo es un alimento que resulta indigesto para algunas personas. Para facilitar la digestión de este alimento, se puede hervir con laurel o condimentar con pimentón, ya que ambos aumentarán la producción de jugos digestivos en el estómago.
Seguro que todo esto no lo sabíais, yo algunas cosas tampoco pero así aprendemos juntos.
Suelo tener en el congelador siempre pulpo que compro fresco, lo congelo un tiempo, luego lo cuezo y lo tengo listo para diferentes recetas.
Hoy decidí hacerlo guisado con calma, sin prisas y salió una comida riquísima, que nos chupamos los dedos todos.
Os animáis ? pues vamos allá con la receta...